Predicar y no aplicar


No es que sea muy difícil el camino. Es que me parece lleno de engaños y mentiras, es que me parece un camino de gentes hipócritas y falsas, de gentes que no viven lo que predican, de gentes oscuras, de corazones grises que se disfrazan con el manto de Jesús. 

De Jesús. 

En las iglesias. 

En la Iglesia. 

Pero hoy es distinto. 

Hoy todo duele y no sé cómo escapar del dolor.

Así, ahora, solo siento los puñales que por miles se clavan en mis piernas, las llamas que trepan tan despacio por mi piel y lo van quemando todo, todo, queman mi corazón pero no queman mis recuerdos, no queman el dolor.

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